Los espacios de coworking innovadores, en España comenzaron a surgir a finales de la década de 2000, siguiendo la tendencia iniciada en otros países como Estados Unidos y Alemania. Al principio, estos espacios eran pequeños y estaban enfocados en freelancers, diseñadores y emprendedores tecnológicos que buscaban alternativas a trabajar desde casa o en cafeterías. Madrid y Barcelona fueron las primeras ciudades en adoptar este modelo, con iniciativas pioneras como Hub Madrid y Betahaus en Barcelona. En esos primeros años, el coworking era visto como una opción innovadora, pero aún no había una demanda masiva que garantizara su éxito a largo plazo.
Conforme avanzaba la década de 2010, los espacios de coworking comenzaron a diversificarse y a ofrecer más servicios. Ya no se trataba solo de un escritorio y conexión a internet, sino que incorporaban salas de reuniones, eventos de networking, formación para emprendedores y comunidades de profesionales que fomentaban la colaboración. Además de Madrid y Barcelona, otras ciudades como Valencia, Bilbao y Sevilla empezaron a desarrollar sus propios espacios de coworking. En estos años, se hizo evidente que el coworking no solo era una moda, sino un modelo de trabajo con potencial de crecimiento.
Desde 2015
El éxito del coworking en España se consolidó entre 2015 y 2019, cuando grandes empresas y franquicias internacionales entraron al mercado. Estas comenzaron a abrir espacios en ciudades clave, lo que elevó el estándar de calidad y servicios. Se añadieron ventajas como oficinas privadas, recepción, cafeterías, eventos exclusivos y alianzas con empresas tecnológicas. También surgieron espacios especializados en sectores como el diseño, la innovación social o el desarrollo de startups. A pesar de la competencia creciente, muchas iniciativas locales lograron mantenerse gracias a su enfoque en la comunidad y la personalización de sus servicios.
Para finales de 2019, el coworking en España estaba en plena expansión, con cientos de espacios repartidos por todo el país. Sin embargo, el mercado también enfrentaba desafíos, como el aumento de los precios en las grandes ciudades y la necesidad de adaptarse a nuevas demandas laborales. A pesar de estos retos, el modelo ya estaba consolidado y formaba parte esencial del ecosistema emprendedor y empresarial español, mostrando que el coworking no solo había llegado para quedarse, sino que seguía evolucionando con las necesidades del mercado.
Y desde 2020 hasta ahora
Desde 2020 hasta principios de 2025, los espacios de coworking en España han experimentado una notable evolución, impulsada en gran medida por la adopción del teletrabajo y modelos laborales híbridos. La pandemia de COVID-19 aceleró la necesidad de espacios de trabajo flexibles, lo que llevó a un crecimiento significativo en el sector. Según datos de 2023, el espacio destinado a centros de coworking en España aumentó un 42% en tres años, pasando de 980.000 metros cuadrados en 2020 a 1.395.000 en 2023.
Aunque Madrid y Barcelona continúan siendo los principales núcleos de coworking, concentrando casi la mitad de la oferta, otras ciudades han ganado protagonismo. Valencia, Málaga, Sevilla y Bilbao han visto un incremento en la demanda de estos espacios, con tasas de ocupación superiores al 80%. Málaga, por ejemplo, se ha posicionado como una de las ciudades preferidas por los nómadas digitales, ofreciendo 25 espacios de coworking y una infraestructura adecuada para el trabajo remoto.
Y ahora ya los encuentras por todo España, desde las principales ciudades españolas: Barcelona, Zaragoza, Madrid, Sevilla, Málaga, Bilbao, Granada, Valencia como en ciudades de las demás comunidades: Guadalajara, Toledo, Badajoz, Cáceres, Álava, Jaén, Teruel, Murcia, Cantabria, La Rioja, Navarra, León, Palencia, Salamanca, Zamora, Burgos y todas las demás que no he nombrado. Espacios de coworking hay ya por todo España.
Los servicios ofrecidos por los espacios de coworking se han diversificado y especializado para satisfacer las necesidades de una clientela más amplia. Además de escritorios y conexión a internet de alta velocidad, muchos espacios ahora incluyen salas de reuniones equipadas, áreas de descanso, cocinas, servicios de impresión y escaneo, y eventos de networking. Algunos también ofrecen servicios adicionales como recepción de llamadas, gestión de agendas y oficinas virtuales.
Incluso ofrecen:
- servicios de guardería para trabajar y poder afrontar la maternidad o paternidad.
- La posibilidad de alquilar viviendas que están cohesionadas con las oficinas, convirtiendo así al espacio de coworking en un pequeño campus empresarial.
- terrazas para disfrutar de deliciosas comidas y para tener el mejor break en tu trabajo
- Descansar en un Chill Out con terrazas refrescantes, con toldos y hamacas, que te aportarán calma y desconexión cuando los necesites
- Cursos y talleres con los que podrás optimizar todas tus competencias y habilidades, ponencias y formaciones especializadas entregadas por expertos, para que además de trabajar puedas aumentar tu nivel formativo y profesional
- Incluso servicios de seguridad como el acceso mediante un sistema de reconocimiento de huella.
A pesar de desafíos, el modelo de coworking ha demostrado resiliencia y adaptabilidad gracias a todos estos servicios que ofrecen. Así, en España, el sector ha continuado su expansión, atrayendo tanto a empresas como a trabajadores independientes que buscan flexibilidad y comunidad en su entorno laboral. Se espera que esta tendencia se mantenga, con una creciente profesionalización y diversificación (aún más si cabe) de los servicios ofrecidos.