Cómo fomentar la cultura digital en la empresa

cultura digital

La implantación de una cultura digital en las empresas está fomentando interesantes cambios en las organizaciones. Esta nueva filosofía aprovecha las ventajas de la tecnología para mejorar la eficiencia, la productividad y la rentabilidad de sus procesos. 

La adopción de nuevas tecnologías y la digitalización de procesos son elementos fundamentales para la supervivencia y el éxito empresarial hoy en día. En este contexto, una cultura digital facilita estos procesos de cambio, mejora la adaptabilidad de los trabajadores y los prepara ante situaciones de incertidumbre.

En resumen:

  • La cultura digital en las empresas aprovecha la tecnología para mejorar la eficiencia, productividad y rentabilidad de sus procesos.
  • La adopción de herramientas digitales, la capacitación de los empleados en competencias digitales, la gestión de datos y la implementación de estrategias de transformación digital son parte del proceso.
  • Las empresas pueden fomentarla a través de la formación, la comunicación y colaboración, la flexibilidad, la implementación de herramientas digitales y la innovación y creatividad.
  • Los elementos que intervienen en la cultura digital de las organizaciones son: propósito, valores, comportamientos, rituales, narrativa y entorno.

¿Qué es la cultura digital en las empresas?

Por cultura digital se entiende la forma en que las organizaciones utilizan y adoptan tecnologías digitales para mejorar y transformar sus procesos empresariales, así como su relación con clientes y empleados. 

Esta incluye aspectos como la adopción de herramientas digitales, la capacitación de los empleados en competencias digitales, la gestión de datos y la implementación de estrategias de transformación digital. También tiene por objetivo fomentar una mentalidad innovadora y una actitud abierta al cambio en la empresa.

La cultura digital pone el foco en el cliente y no en las organizaciones. El uso de la tecnología ayuda a comprender mejor las necesidades de este y ayuda a ofrecer una mejor experiencia y más personalizada. En la misma línea, fomenta la colaboración y la comunicación en el seno de la propia empresa, permitiendo la toma de decisiones informadas.

La rápida evolución de internet y de las tecnologías TIC marca la propia cultura empresarial de las organizaciones. El mundo cambia cada vez más rápido debido a estos desarrollos y es imprescindible estar al día para no dejar de ser competitivos. 

¿Qué hacer para fomentar la cultura digital?

Existen una serie de prácticas que se pueden poner en marcha desde las organizaciones con el objetivo de fomentar la cultura digital en la empresa. El fin último de las mismas siempre debe ser aprovechar las ventajas que la tecnología puede aportar para mejorar la eficiencia, en todos los niveles, de estas empresas.

  • Formación. Capacitar a los empleados en el uso de estas tecnologías. Las empresas con una estrategia de digitalización transversal ofrecen cursos y talleres de formación para la mejora de competencias.
  • Comunicación y colaboración. Es fundamental establecer estrategias para que los empleados compartan información sobre este proceso. El resultado es la creación de un mejor y más participativo ambiente de trabajo.
  • Flexibilidad. El modelo de oficina híbrida tiene un peso específico en la cultura digital de la empresa. Permite la conciliación de la vida laboral y familiar a la vez que aumenta la productividad de las organizaciones. 
  • Herramientas digitales. La implementación de software que permite mejorar los procesos y reducir los tiempos de trabajo es otra de las consideraciones a tener en cuenta. 
  • Innovación y creatividad. No solamente se trata de incluir tecnología en los procesos productivos, sino también de fomentar un uso out-of-the-box de la misma que permita diferenciarse de los competidores. 

Esta estrategia multidisciplinar permite implantar una cultura digital efectiva en las organizaciones. Si no se implementa teniendo en cuenta todos estos ángulos y empatizando con las necesidades de las personas, existen riesgos de que su puesta en marcha no sea efectiva. 

El proceso no debe consistir nunca en simplemente dotar de nuevas herramientas a la empresa. El cambio no solamente es tecnológico, sino también cultural. Es importante definir los objetivos con anterioridad, así como detectar posibles barreras que puedan surgir, para dar respuesta a estas en el caso de que surjan.

Este enfoque permitirá eliminar posibles resistencias al cambio por parte de los empleados. Además, dada la rápida evolución de la tecnología, será necesario realizar cambios constantes en los sistemas de la organización. Si la introducción de la cultura digital ha sido efectiva, el periodo de adaptación siempre será inferior que si se ha hecho sin la colaboración de los trabajadores. 

¿Qué elementos intervienen en la cultura digital?

Según Gustavo Razzetti los siguientes seis elementos son los encargados de dar forma a la cultura digital de las organizaciones: 

  • Propósito. Son las razones por las que las personas interactúan con las tecnologías. El conocimiento de las mismas reduce la incertidumbre y permite a las organizaciones funcionar en entornos cada vez más complejos e inestables. 
  • Valores. La utilización de estas tecnologías se enmarcan dentro de una serie de criterios que determinan si su uso es ético o no lo es. 
  • Comportamientos. El autor los divide en dos: premiados y castigados. Ambos sirven para construir o destruir la reputación de las personas en estos nuevos espacios digitales. 
  • Rituales. Hábitos que crean sentimiento de pertenencia en estas nuevas culturas. Conectan a las personas creando nuevos vínculos en beneficio de la organización. 
  • Mecanismos de participación. Las nuevas tecnologías permiten a la sociedad en su conjunto tener voz y voto en aspectos hasta ahora vedados. Los nuevos espacios de participación digitales hacen que los ciudadanos estén más presentes que nunca en la toma de decisiones. 
  • Retos.  Los desafíos a los que se enfrentan las organizaciones que han emprendido una transformación digital son paralelos a los de la sociedad actual. La privacidad, las brechas digitales o el control de los flujos de información son solo algunas de las cuestiones a las que dar respuesta. 

¿Cuáles son los beneficios de la cultura digital en las empresas?

La implementación de una cultura digital en las empresas está permitiendo a estas no solamente ser más competitivas, sino aumentar su resiliencia y mejorar sus procesos internos. Las ventajas más destacables de su puesta en marcha son:

  • Productividad. Los tiempos de trabajo se reducen como consecuencia de la optimización de las tareas que permite la tecnología. 
  • Reducción de costes. En relación con lo anterior, cuesta menos dinero producir los productos o servicios que ofrece la organización. La gestión de inventarios, el comercio online o el marketing son algunas de las áreas que más reducen sus gastos fijos.
  • Mejora en la toma de decisiones. La gran cantidad de datos que se recopilan, procesa y analiza deriva en estrategias más perfiladas y efectivas en todos los niveles de la organización.
  • Atención al cliente. Las nuevas tecnologías permiten implementar herramientas que mejoran la atención al cliente, como chatbots o sistemas de atención telefónica automatizados. Al estar disponibles permanentemente para los usuarios, mejora la imagen que se tiene de la empresa. 
  • Mayor compromiso. Los empleados de las empresas que implementan una cultura digital refuerzan sus vínculos con la organización gracias a estas tecnologías.

Cambiar para mejorar

El avance de internet y de las nuevas tecnologías obliga a las organizaciones a implementar una cultura digital para dar respuesta a las nuevas necesidades planteadas. Este cambio debe de ir más allá de lo puramente técnico y abarcar todos los ámbitos de la organización para garantizar el funcionamiento de este nuevo paradigma. 


Entre las ventajas que proporciona este nuevo punto de vista destacan un mayor compromiso de los empleados, una reducción de costes y una eficiencia notable en los procesos productivos. Para obtener estos beneficios es fundamental haber capacitado a los trabajadores de manera efectiva.